lunes, 5 de noviembre de 2012

Otoño

es una palabra fea.

Recibí malas noticias pasadas. Me gustaba el invierno en aquel entonces. Llegaron por paquetería a la puerta de mi nueva casa que ya no es tan nueva. Me tomaron por sorpresa y por la espalda, como el animal salvaje que son. Como el animal salvaje que es mio. Les serví leche y les acaricié un poco la espalda. No hicieron mas que morderme. Se parecn un poco a mi gato nuevo. Ya no es tan nuevo tampoco. Enero solía ser mi mes favorito. Ya no.

Antes también me gustaba la Navidad. Antes me gustaba caminar por la calle con la nariz fría y una taza de café caliente en la mano. Empezó a hacer frio ayer y yo desde hace una semana no quiero salir de la cama. Tengo sueño todo el tiempo. Tengo miedo todo el tiempo. Tengo hambre todo el tiempo. El reloj está cada vez más cerca del final. No sé si esta cuenta regresiva de verdad exista pero la siento aquí. Aquí adentro cada vez más fria. Leer entre las líneas es tan cansado que no debería de hacerlo en un principio, pero yo nunca supe de principios ni finales. Ni de principios ni valores.

Quizás los crucigramas sean un buen pasatiempo desde hoy hasta febrero. Eso y bailar hasta que las piernas no puedan más conmigo.







lunes, 22 de octubre de 2012


From my paper mache crown
Down to the skin beneath my toes.

domingo, 21 de octubre de 2012

I think



young lovers should be punished for their sins.

viernes, 19 de octubre de 2012

I



Pensó en la primera vez que le dijo que era bonita, porque así lo dijo -Eres muy bonita- Quiso saber si se había dado cuenta de la cautela con la que había seleccionado esas palabras, si había notado cómo había dicho "eres" en vez de "estás" porque no se refería a una cualidad transitoria. Había elegido "bonita" en vez de "guapa" o "hermosa" con toda conciencia de no estar elogiando precisamente a una mujer, sino quizás a una niña, o quizás un híbrido de ambas al que dicho adjetivo parecía adornar mejor. El "muy" fue mero capricho, pero no un accidente.

No sabe si le dio las gracias, aunque prefirió asumir que sí.

Tuvo muchas ganas de llamarla y se alegró de no saber ya dónde vivía.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

miércoles, 29 de agosto de 2012

Anna


It´s past midnight

you are here

i wish i could kill you

i wish i could go

martes, 28 de agosto de 2012

II







Últimamente las memorias eran pedazos de fotos recortadas que sacaba aleatoriamente de una caja de cartón. Esto le molestaba cuando intentaba recordar su cara. A veces recordaba su ojo izquierdo mirándole fijamente mientras el otro se ocultaba tras la almohada. Recordaba su boca abierta cuando dormía. Cuando el día era bueno, se acordaba de su sonrisa. A veces, si tenía suerte, conseguía recordar la silueta de perfil aunque estuviera oscuro y no alcanzara a distinguir las facciones. Otras veces tenía solamente el arco de la nariz o el par de cejas, o también  insignificancias tales como las ojeras amarillas o media oreja. En los días nublados era su cuello, su cabello mojado, su cabello seco. Otros días, su colmillo chueco. Y todos los días las cicatrices, aunque no fueran de su cara.


Ella le había dicho -Me gustas-. Había esperado hasta después de haberlo visto desnudo y lo había hecho porque nunca se lo había dicho a nadie. Nunca había tenido la oportunidad.

No sabía si la había escuchado, pues no había respondido nada. No quiso repetirlo por temor a que sucediera como con los cigarros, de los que solamente el primero le había provocado esa sensación etérea de alivio mientras que los demás fallecían entre sus dedos sin alcanzar a cumplir su supuesta misión. No había elegido otras palabras por un esfuerzo inútil de seguir por el camino de regreso a la inocencia, por eso y porque desgraciadamente era toda la maldita verdad.